Los cigarrillos electrónicos y los dispositivos de vapeo están en auge, sobre todo entre los jóvenes, que prefieren inhalar el cannabis o una de sus partes, el CBD, frente al convencional aceite de cannabidiol.
Según la web smen.es, los beneficios del aceite de CBD superan a sus perjuicios, pero ¿es realmente el vaping el mejor método para introducirlo en nuestro organismo?
Ya fueron tendencia el año pasado por ser los causantes de varias muertes ocasionadas por enfermedades relacionadas con la inhalación de vapor, y ahora se plantea una nueva ronda de dudas sobre la supuesta seguridad de esta práctica en alza.
Ahora, una nueva encuesta revela que el vaping de CBD y THC está aumentando entre los adolescentes y a un ritmo alarmante. No es de extrañar que los expertos estén cada vez más preocupados de que, a medida que el vaping se dispara, pueda tener efectos significativos en la salud de los jóvenes.
¿Qué es el vaping?
La práctica se describe como inhalar el vapor generado por un dispositivo electrónico llamado cigarrillo electrónico o vapeador. Dentro de cada dispositivo hay un cartucho de líquido recargable. Este líquido contiene químicos como la nicotina, el tetrahidrocannabinol (THC) -el principal fitocannabinoide psicoactivo del cannabis-, o el CBD, suspendido en una base de aceite o agua.
El dispositivo pone a este líquido en contacto con un elemento calefactor, aumentando su temperatura hasta que se produce vapor. Los cartuchos pueden tener diferentes sabores, y casi siempre incluyen una alta dosis de nicotina, CBD o THC.
Este tipo de uso del cannabis tiene el potencial de ser mucho más potente que los porros tradicionales, presentando un conjunto completamente nuevo de riesgos y daños potenciales para nuestra juventud.
El impacto en la salud de los vaporizadores no se conocen del todo todavía. Sin embargo, la mayoría de los profesionales de la salud recomiendan precaución, especialmente a raíz de los problemas ocasionados que tienen a estos dispositivos en el punto de mira.
La comunidad médica también ha advertido enérgicamente a los consumidores contra el uso de productos de vaporizadores que contengan THC, ya que estos productos a menudo también contienen un compuesto que se ha descubierto que puede afectar a la función pulmonar.
Si bien los expertos ponen de manifiesto que los cigarrillos electrónicos pueden beneficiar a los fumadores “tradicionales” que desean dejar de fumar o tener más control sobre la dosis de nicotina, no los recomiendan para que los usen menores o los no fumadores.
Una encuesta muestra un incremento en el uso de vapeadores en los jóvenes
La encuesta de “Monitoring the Future” se hace todos los años a los estudiantes para medir el consumo de drogas en los adolescentes. Más de 42.500 estudiantes de toda América participaron en la reciente encuesta de 2019.
De ella se desprende que casi el 21% de los jóvenes dijeron que habían vapeado marihuana al menos una vez en 2019, el doble de la tasa en comparación con el año pasado. El porcentaje de alumnos que declararon haber vapeado marihuana al menos una vez al mes y al menos una vez al día también había aumentado notablemente.
El incremento en las tasas de vaping del cannabis fue el segundo más alto anotado, sólo por detrás de un aumento histórico en los años 2017 y 2018. La encuesta también mostró un aumento del vaping basado en la nicotina entre los adolescentes.
Al mismo tiempo, las tasas de consumo de cigarrillos siguen disminuyendo gradualmente, lo que sugiere que el vaping está sustituyendo al hábito de fumar en la mayoría de los casos. Los expertos tienen algunas teorías que puedan estar impulsando este cambio de hábitos.
Una de las más populares es que los vaporizadores se han hecho tan habituales entre los jóvenes porque son más fáciles de guardar y de usar discretamente que los cigarrillos.
Las posibles consecuencias del creciente interés en el vaping de cannabis
El simple acto de vapear tiene una serie de efectos adversos para la salud. Cuando los jóvenes vapean, inhalan una neblina cargada de químicos a sus pulmones. Esa niebla podría estar llena de un amplio surtido de productos químicos, pues muchos líquidos vaporizadores contienen metales pesados como el plomo, el níquel y el cromo, así como nicotina, THC, formaldehído y sabores artificiales.
Tan pronto como el líquido es arrastrado a los pulmones, daña el tejido pulmonar. Eso puede llevar a una serie de dificultades respiratorias, incluyendo el hacer los pulmones más susceptibles a infecciones virales como la COVID-19.
Y si los adolescentes utilizan productos que contienen THC a un ritmo creciente, esto podría dar lugar a un número cada vez mayor de casos de problemas de salud relacionados con este hábito.
Los efectos dañinos de la cannabis y el THC son a menudo erróneamente minimizados en la narrativa de los medios de comunicación de hoy en día. Se dice que la marihuana es más o menos inofensiva e inocente cuando eso no podría estar más lejos de la verdad.
Hay investigaciones que sugieren que el uso intensivo de cannabis puede llevar a la pérdida de la memoria más adelante. También hay una gran cantidad de deterioro cognitivo que puede resultar del uso de la marihuana.
Ese deterioro suele ser mucho más grave cuando una persona empieza a usar marihuana en su juventud, en contraposición con el inicio de su uso más adelante en la vida.
Algunos datos también sugieren que el consumo de marihuana puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con el vapeo de aceite de CBD, cuyos beneficios -como la sensación de calma, y la disminución del dolor- superan a todos los problemas que se pueden derivar de inhalar el vapor. Aunque lo ideal que se utilicen otros métodos menos dañinos como la ingestión oral o las tinturas.
Los profesionales médicos deberán estar preparados para hablar con los pacientes más jóvenes sobre los peligros de los productos que contienen THC, así como ser capaces de identificar y tratar enfermedades relacionadas, pues la población más joven puede tener más probabilidades de sufrir enfermedades relacionadas con el vaping y dependencia de la nicotina o el THC que los adultos.
Además, se ha observado que los jóvenes que consumen marihuana pueden verse expuestos a otras drogas y pueden utilizar el cannabis como una iniciación para sumergirse en otras formas de consumo de drogas.