Si pensabas que tu 2023 estaba siendo movidito, déjame contarte sobre el de Kodak Black, el artista que parece tener un abono premium para los dramas más picantes de la escena. Sí, amigos, en el mundo del rap donde las polémicas son el pan de cada día, Kodak se lleva la palma. Después de un breve periodo de calma (que ahora parece más un milagro fugaz), nuestro chico está de vuelta al ruedo.
Resulta que una empresa de limusinas, de esas que te hacen sentir como un rey cruzando las calles, ha decidido demandar a Kodak por la módica suma de 618.000 dólares. Un poco de calderilla. Al parecer, el rapero había convertido estos carros lujosos en su Uber personal, acumulando facturas astronómicas que van de los 150.000 a los 200.000 dólares mensuales. ¿Quién necesita tantas limusinas? pues nuestro señor Kodak.
Pero aquí es donde la trama se complica: Bardford Cohen, el abogado de Kodak, salió al paso diciendo que la empresa se estaba pasando de lista, aprovechándose de una «mala racha» por la que estaba pasando su cliente. Y aunque no entró en detalles, la mención de «mala racha» ha hecho que más de uno levante la ceja, preguntándose si Yak está bien.
No es un secreto que la preocupación por el bienestar de Kodak ha estado en boca de todos, especialmente después de aquel directo en Instagram donde se quedó sopa y su peculiar aparición en el podcast «Drink Champs», que dejó a muchos preguntándose en qué estado se encuentra realmente nuestro querido rapero.
Así que aquí estamos, cruzando los dedos para que Kodak y la empresa de limusinas lleguen a un buen puerto. Porque, vamos, una demanda de más de medio millón de dólares más costes legales podría ser el knockout financiero para nuestro artista.
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