Parece que el rapero y magnate del hip-hop, Sean ‘Diddy’ Combs, no solo tiene que lidiar con sus problemas habituales, sino que ahora también está en el ojo del huracán por una demanda bastante inusual. Resulta que un supuesto miembro del temido Cártel de Sinaloa, Alfredo P. González, ha decidido llevar a Diddy a los tribunales. Sí, leíste bien: un miembro de una organización criminal demandando a alguien por difamación.
Alfredo, quien actualmente está cumpliendo tiempo en la prisión de máxima seguridad Centennial Correctional Facility en Colorado, ha presentado una demanda en el Distrito Sur de Nueva York. ¿Su queja? Según él, Diddy ha hecho que su reputación en las calles de Nueva York se vea afectada. Y, en el mundo de los cárteles, la reputación es algo que no se toma a la ligera. Por eso, González está pidiendo una compensación nada menos que de 666 mil dólares (sí, con ese número tan “simbólico”), lo que vendría siendo más de un millón de pesos mexicanos.
La historia se vuelve aún más curiosa cuando nos enteramos de que González recibió una llamada el 5 de mayo de 2021 de alguien que dijo ser un “socio comercial” de Diddy. Y según lo que alega González, esta conversación no terminó muy bien, dejando su reputación en una especie de limbo criminal.
Ahora, muchos se preguntan: ¿cómo es que un miembro del Cártel de Sinaloa se siente difamado por un rapero? Es un giro bastante extraño, incluso para los estándares de las noticias turbias que suelen rodear a Diddy. Aunque también es importante recordar que la relación entre el mundo del hip-hop y el crimen organizado no es nueva. Pero este caso en particular, con demandas y todo, es definitivamente uno para el libro de récords.
Por ahora, Diddy no ha hecho declaraciones públicas al respecto, pero no sería raro que se defienda con todo su arsenal legal. Mientras tanto, González sigue en su celda, probablemente esperando que el juez le dé la razón y le mande unos cuantos dólares para “compensar” el supuesto daño a su buen nombre.
Sea como sea, es una historia bastante poco común, pero ya estamos acostumbrados a todo.