El sistema endocannabinoide y el Autismo
Se conoce que el sistema endocannabinoide podría estar implicado en el desarrollo de esta enfermedad. Aunque todavía hay que investigar más a fondo la conexión entre el sistema endocannabinoide y el autismo, varios estudios han resaltado su importancia para el tratamiento de este trastorno. De acuerdo a científicos de Génova, California y el País Vasco, el mal funcionamiento de dicho sistema podría estar relacionado con el autismo.
Según este estudio, cuando se activa el receptor CB1 se crea más oxitocina, encargada de recompensar a la persona por interactuar con otras.
Además, la oxitocina se mezclaría con la anandamida, la molécula de la felicidad que activa receptores cannabinoides en el cerebro. De este modo, la estimulación del sistema endocannabinoide ayuda a que las personas autistas no se aíslen tanto y se sientan mejor al relacionarse con los demás. Aunque hasta hace poco el papel de los receptores CB2 en el cerebro se consideraba irrelevante, recientes estudios afirman que sí juegan un rol más importante del que creíamos. Por ejemplo, se ha descubierto que los receptores CB2 actúan como neuroprotectores y podrían contribuir al tratamiento de ciertas enfermedades, entre ellas el autismo
¿Qué dice la ciencia sobre la relación entre el CBD y el autismo?
El estudio más importante que se ha realizado hasta la fecha en este sentido tuvo lugar en 2017 en Israel y es pionero en la materia, ya que reúne evidencias claras de que el CBD podría ser un tratamiento efectivo para los niños que padecen autismo. Este estudio, dirigido por el director de pediatría del Hospital Share Zedek, el doctor Adi Aran, se realizó con 60 niños a los se les administró aceite de CBD (20% CBD y 1%THC), durante 7 meses. Después de este periodo los resultados fueron más que esperanzadores:
- EL 80% de los niños mostraron una reducción de ciertos comportamientos problemáticos y un 60% reveló una mejoría significativa.
- La mitad de los niños mejoró notablemente la comunicación.
- El 40% de los niños experimentó un descenso de los niveles de ansiedad.
Los padres no se rinden
Uno de los casos más mediáticos sobre la relación entre el cannabis y el autismo es el de Hester-Perez, una mujer que se dio a conocer entre la opinión pública después del éxito que su hijo Joey, autista, experimentó con una variedad cultivada por ella misma. Desde que comenzó a tratar los síntomas de su hijo con marihuana, la madre comprobó una evolución positiva, no lo curó por completo, pero mejoró significativamente su calidad de vida.
Hester-Perez comenzó a usar el cannabis cuando a su hijo le diagnosticaron una distrofia muscular. Para entonces, ya estaba tomando 13 medicamentos distintos, a los que se iba a sumar un cóctel de varios fármacos con una cierta toxicidad documentada. Buscando algo menos invasivo, comenzó a experimentar con infusiones de cannabis; enseguida, su hijo comenzó a realizar contacto visual con ella, a tener más apetito y a ganar unos kilos.
Tras varios años con este tratamiento, Joey se mostraba más feliz y sociable. La posterior aparición de Hester-Perez en medios de comunicación dio a conocer su causa. Así, se ha convertido en una fuente esencial para muchas familias que buscan consejo para tratar la enfermedad de los pequeños con autismo.
¿Recetar cannabis a niños autistas?
En Estados Unidos, muchos médicos todavía no saben qué hacer a la hora de recetar cannabis a niños autistas, ya que se encuentran en una especie de círculo vicioso: no lo prescriben porque no hay estudios sobre sus efectos, pero los estudios no se pueden hacer porque hay temores a probar la marihuana en niños. Aun así, las experiencias de pequeños que han probado productos cannábicos de la mano de sus padres han demostrado que están más felices y sanos. En este sentido el CBD podría ser una arma muy poderosa, pues no provoca efecto psicoactivo alguno y se puede consumir en forma de aceite con lo que se eliminan los efectos negativos de la combustión.
¿Existe una relación entre el autismo y la Epilepsia?
El doctor Adi Aran, aparte de presentar al mundo el estudio pionero sobre el CBD y el autismo, también ha realizado otros sobre la epilepsia, una enfermedad que curiosamente afecta al 20% de los niños autistas. Al parecer hay una clara relación entre estas dos enfermedades, pues algunas evidencias apuntan que debido al tipo de desarrollo que se produce en el cerebro de los niños con autismo, estos son más propensos a desarrollar circuitos neuronales que causan las convulsiones epilépticas.
Otros investigadores también apuntan que el proceso podría producirse a la inversa, es decir, que uno de los daños colaterales del síndrome de Dravet (epilepsia refractaria) podría ser el autismo.
Quizá el caso más sonado es el de Charlotte Figi, una niña estadounidense que fue conocida en el mundillo cannábico después de que su autismo severo, provocado por el síndrome de Dravet, mejorará con marihuana terapéutica. Sufría unos 300 ataques epilépticos a la semana, hasta que sus padres comenzaron a administrarle dosis diarias de aceite con una alta concentración de CBD; la cifra de convulsiones bajó en un 99 % y su relación con los demás mejoró notablemente.
Una experiencia parecida tuvo lugar en Puerto Rico. En 2015 se conoció la historia de Kalel Santiago, un niño entonces de 9 años que padecía autismo y que pronunció sus primeras palabras después de tomar aceite de cannabis.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, estudios como el del Doctor Aran, y hechos como la autorización en Estados Unidos del Epidiolex (un extracto de CBD), dan esperanza a muchos padres con hijos que sufren autismo. El CBD, una vez más, se convierte en punta de lanza de la lucha para legalizar el cannabis medicinal, pues este cannabinoide es la prueba de que esta milenaria planta tiene mucho para ofrecernos. Puede que vaya siendo hora de dejar a un lado viejos prejuicios que, cada día más, pertenecen al siglo pasado.